sábado, 21 de septiembre de 2013

LAS PALABRAS Y SU SENTIDO


Leyendo en el suplemento del New York Times que sale con el diario Clarín, el artículo de Roger Cohen sobre Siria, me gustó cuando recordó a George Orwell: "el lenguaje político está pensado para que las mentiras parezcan verdaderas y el asesinato respetable, y para dar una apariencia de solidez al discurso vacío". Y sigue el autor de la nota: "no es casual que el lenguaje sea una de las primeras víctimas de los sistemas represivos. La constitución soviética consagraba la libertad de expresión, de prensa y de reunión. Naturalmente, no significaban nada".
Entonces me acordé de varias cosas. Una de ellas era una actividad que le daba a mis alumnos en talleres de escritura con Procesador de Textos en la que Orwell da consejos de cómo no arruinar el idioma, pues según él cuánto peor lo usamos, peor pensamos. Y me gustaba relacionar este tema del lenguaje sin sentido con textos de Cortázar como "Por escrito gallina una", del libro "La vuelta al día en ochenta mundos" y otros similares en los que el autor juega con el sentido del idioma y con la estructura gramatical. Le quita la forma sintáctica y sin embargo el texto se entiende: lo contrario de muchos discursos políticos  cuya estructura gramatical es perfecta pero carecen de significado (!).


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