jueves, 28 de enero de 2021

MAESTROS

 Cuando decimos que alguien es un "maestro" en su especialidad nos referimos a que es un referente, un experto. Pero al maestro y maestra de grado hace tiempo que bajo las supuestas pedagogías no tradicionales lo denominamos de nuevas formas para referirnos a que "no abarca todo el conocimiento y la verdad". Lo empezamos a  llamar "facilitador", "guía", "orientador", "tutor" o, en una versión más sindicalizada,  "trabajador" de la educación, incluso "docente".

Sin embargo, cuando en 2020 muchos maestros llevaron los bolsones de comida a la casa de los alumnos en ciudad de Buenos Aires tanto como en   provincia, esos maestros volvieron  a ejercer el papel de "segunda mamá" o "papá", y en ellos  recayó desde la alimentación hasta la enseñanza, pasando x la contención. 

Los maestros deberían recuperar primero su denominación  y junto con su nombre, su dignidad.

A nadie se le ocurre cambiarle el nombre a un abogado o arquitecto, llamándolos x ejemplo trabajadores de la justicia o de la construcción. Tampoco a un diputado o senador.

Desde el lenguaje también ejercemos sin querer el primer acto de desvalorización. Los demás están a la vista.

jueves, 21 de enero de 2021

CAJAS Y MINIATURAS

No puedo dejar de recordar a Gaspar Mulet, en estos días en que tramitamos con mi hija,  un puesto en una de las  Ferias  Artesanales de Buenos Aires, para la venta de mis cajas con miniaturas, tecno o no.

Teníamos alrededor de 17 o 18 años cuando Gaspar me regaló una cajita llena de mostacillas, canutillos y trozos enhebrados y bordados de vestuarios teatrales que había hecho su papá. Y me propuso hacer algo. El se había dado cuenta -quizás antes que yo misma- que el arte y la artesanía eran algo que me fascinaba.

El proyecto de venta de colgantes enhebrados, bordados y realizados con telar de mostacillas, no nos duró mucho tiempo. Fue en la Feria de Belgrano. Nuestra inestabilidad, mi proyecto de estudiar en la facultad y el interés de él de viajar por el mundo, nos condujeron a la disolución de aquel proyecto tan temprano.

Los collares y medallas sobrantes continúan conmigo desde entonces, en una cajita también, junto con la memoria de ese enorme compañero que fue Gaspar. 

Cuando murió, hace pocos años, supe algo más sobre el amor que él sentía por mi y recibí un breve trozo escrito por él, de su obra de teatro inédita, que le dejó  en custodia a su amigo Alberto, donde aparece un personaje con mi nombre y apellido.