CAJAS SIN CAJA
Recorriendo las ferias de pulgas, principalmente con el objetivo de hallar baratijas, descartes en su verdadero sentido (y no cosas a las que se les ha recuperado el "valor" y se consideran más cerca de la "antigüedad" que de la "basura"), descubrí otros objetos extraños que consideré de interés pero que ya no podrían formar parte de una caja por su tamaño o por su estructura.
Fue cuando empecé a pensar en pequeñas escenas abiertas, más similares a las maquetas que a las cajas con miniatura, pero que conservan el mismo espíritu de ensamblado de pequeños elementos.
¿DE DÓNDE PROVIENEN LOS OBJETOS?
Se trata de una interesante pregunta que mucha gente me hace sin sospechar su complejidad.
Ya que los objetos que componen una caja pueden provenir de múltiples orígenes (juguetes, joyas rotas, descarte de computadoras, relojes antiguos, baratijas diversas, pines, adornos de pequeña escala, elementos de modelismo y de casas de muñecas, etc.)
La evolución que hubo en mis cajas dependió principalmente de esa variedad de cosas.
Mi "primera" obra sólo utilizaba juguetitos de cotillón, fósforos, pedazos de género y puntilla, un trozo de aluminio de una lata de chocolate en polvo y un pedazo de acetato que andaba por ahí.
Afortunadamente conservé por alguna razón premonitoria, dos de aquellas primeras "cajas" que en realidad permanecían casi planas, esperando adquirir altura a medida que los marcos en los que fui insertando las obras que les siguieron pasaron a ser cajas o marcos de tipo francés (que guarda un espacio de grosor interno, como para algo que pueda sobresalir del plano).
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