A veces podemos recurrir a la mera descripción de una conducta para lograr algo. Como Agustín que rompía cosas hasta que dije:
-Bueno, juguemos a romper (cosas en desuso), como estos papeles. A ver quién rompe mejor. Y se divirtieron rompiendo en mil pedazos algunos hojas usadas. Fue lindo, porque también romper puede ser útil, les dije. ¡¡¡Pero no lo hagan con nada importante!!!
Y a partir de allí, por lo menos en mis clases, Agustín participa mucho más y ya no parece tener necesidad de destruir cosas.
Otra veces, cuando Joaquín no para de moverse, le he dicho a todos: este chico se la pasa yendo y viniendo, yendo y viniendo.
Se reían al ver que no me enojé, sólo describí su conducta peculiar.
No pude cambiar demasiado aún su inquietud pero, por lo menos, ¡¡algo más trabaja!!