Hace mucho tiempo que las calculadoras se han incorporado en la escuela primaria, convirtiéndose en el atajo para que los que no saben las tablas de multiplicar y los diversos algoritmos de las operaciones aritméticas básicas "consigan" resultados.
Lamentablemente el uso indiscriminado y mecánico de las calculadoras, sin poner el énfasis en lo conceptual no sólo deja a los alumnos fuera de la comprensión del cálculo elemental sino que a veces tampoco les permite obtener esos resultados exactos, ya que cualquier mínimo error conduce a absurdos que los chicos no logran diferenciar de lo que sería el posible resultado esperado.
En ese sentido, sería preferible saber aproximarse a los resultados y desarrollar un sentido del número mucho antes que incorporar las calculadoras, para lo que no hay otro camino que saber las tablas y los mecanismos de las operaciones. Y también es primordial dedicar tiempo suficiente a la práctica ya que para que el cálculo se convierta en secundario en un problema, debe dejar de ser precisamente la principal dificultad, y estar lo suficientemente interiorizado.
En síntesis, tendríamos que abandonar los prejuicios respecto de las prácticas y tareas matemáticas.
Algo similar pero aun más complejo ocurre con los correctores ortográficos de los procesadores de textos, pero de eso hablaré en otros post.
Lamentablemente el uso indiscriminado y mecánico de las calculadoras, sin poner el énfasis en lo conceptual no sólo deja a los alumnos fuera de la comprensión del cálculo elemental sino que a veces tampoco les permite obtener esos resultados exactos, ya que cualquier mínimo error conduce a absurdos que los chicos no logran diferenciar de lo que sería el posible resultado esperado.
En ese sentido, sería preferible saber aproximarse a los resultados y desarrollar un sentido del número mucho antes que incorporar las calculadoras, para lo que no hay otro camino que saber las tablas y los mecanismos de las operaciones. Y también es primordial dedicar tiempo suficiente a la práctica ya que para que el cálculo se convierta en secundario en un problema, debe dejar de ser precisamente la principal dificultad, y estar lo suficientemente interiorizado.
En síntesis, tendríamos que abandonar los prejuicios respecto de las prácticas y tareas matemáticas.
Algo similar pero aun más complejo ocurre con los correctores ortográficos de los procesadores de textos, pero de eso hablaré en otros post.
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