No sólo con los más pequeños, los juegos nonsense tienen sin embargo gran sentido. Como los alumnos andan distraidos cuando paso lista, se me ocurrió decir cada vez que nombro a alguno:
-"Gómez, Arturo: no vino".
A lo que de inmediato reacciona ese alumno, o sus compañeros, aclarando que sí está.
A tal punto llegó el absurdo, que le pregunté a alguno: ¿no viniste, verdad? A lo que todos nos reímos.
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