viernes, 10 de enero de 2014

SANGRE

A raíz del asesinato de la pequeña Priscila, se escuchó hablar en los medios acerca de la necesidad de una mayor participación de la comunidad frente al niño que se ve abandonado o maltratado por su familia.

De repente me pregunté qué pasaría si la gente empezaba a intervenir, haciendo denuncias cada vez que veía un caso (en Berazategui,  dicen que 4 de cada 10 casos de violencia contra niños termina como el caso de esta nena).

Sería positivo que se denunciara, pero... :  ¿qué podemos hacer frente a la burocracia del estado, la lentitud de la justicia y la indiferencia de las fiscalías de familia? En la mayoría de los casos, los funcionarios y jueces creen que la maternidad es esencialmente biológica,  la sangre  es lo primodial. Y esta idea subyace a las leyes de protección de la infancia:  se privilegia la "identidad" del niño por sobre su integridad.

Y...si no, ¿por qué la madrastra de Priscila -como tantas otras madres (del "corazón")-, no pudo ser escuchada en sus denuncias y reclamos? ¿Cuál es la razón por la que la genitora (madre biológica)  de Priscila -que terminó matándola como ocurre en tantos otros casos- sí tenía derecho a la tenencia aun habiéndola abandonado de pequeña?

Y respecto de las denominaciones: prefiero decir "madre" -a secas- y referirme así   únicamente a la que lo es del "corazón", sea o no sanguínea.

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